Where does Maria come from?

Español

Siempre he sido alguien que no le ha gustado abrirse ante cualquiera, cuido mucho mis relaciones, a quien llamo a mis amigos y dejo entrar a mi vida. Siempre me hice la pregunta de porque las relaciones amorosas son tan complicadas. Creo que es cada vez más común escuchar a las personas, “que no se sacrifican por nadie” afirmando que primero son ellos, esto me hizo pensar en que una de las claves para que una relación funcione es saber ceder las intenciones como individuo y empezar a reconocerse en la mirada del otro, gracias a las ideas concebidas del capitalismo y el neoliberalismo que todos llevamos muy interiorizadas, donde todo deber ser en pro de producir más, consumir más no hay espacio para poder ceder ante las intenciones desinteresadas hacia alguien más. 

Para mí crear imágenes es una forma de expresar y codificar mis sentimientos en torno a lo que sucede por mi cabeza y que por ser un cobarde no soy capaz de expresar en palabras, esto hizo que en el momento que mi relación amorosa de hace muchos años empezara a tambalear sobre decisiones individuales que no fueron capaz de conciliarse y como parte de un proceso académico, decidí hacer un pequeño corto, que retratara los que sería esa tragedia griega que sabía que llegaba a mi vida como una ruptura amorosa. 

En su momento fui cuestionado por una “colega” por hacer este material, ya que según ella es mejor dejar que las cosas pasen, pero que sentido tengo si no soy capaz de crear sobre lo que pasa por mi cabeza. El que fue el amor de mi vida y mi lugar seguro en estos tiempos tan complicados se fue, se extinguió y tal vez no quede más que aceptar que tal cosa como esa idea del “amor de la vida” no existe porque todos estamos en constante cambio y la persona de la que me enamore cambio y quizás ya no es alguien que cause lo que llamamos “amor”. Sin duda esto hace que la mirada del otro sea más valiosa y me hace entender el sentido de una vida en conjunto y no como este individuo que se puede hacer solo así mismo que se vende en los discursos posmodernos porque para mí no hay nada más triste y nihilista que no poder encontrarnos en el otro, y lo digo por qué soy alguien que no es capaz muchas veces de saber corresponder al otro para darse sentido a sí mismo. Maria es quien estuvo cuando ni yo estuve para mí, Maria no es más que las cenizas de recuerdos de un amor en un mal lugar y la muestra de que amar es un acto catastrófico que es reconocer en tal punto al amado que es darle lo que no tengo a quien no debo y tal vez yo nunca estuve dispuesto a soltar mi rabia hacia el mundo.

English

‘ve always been someone who doesn’t like to open up to just anyone; I value my relationships greatly, choosing carefully whom I call my friends and allow into my life. I’ve always asked myself why romantic relationships are so complicated. I believe it’s becoming increasingly common to hear people say, ‘I won’t sacrifice for anyone,’ asserting that they come first. This made me think that a key to a successful relationship is knowing how to yield one’s intentions as an individual and starting to recognize oneself in the eyes of the other person. Thanks to the ideas ingrained in us by capitalism and neoliberalism, where everything should be in the pursuit of producing more and consuming more, there’s no room to yield to selfless intentions towards someone else.

For me, creating images is a way to express and encode my feelings about what’s going on in my mind, feelings I’m often too much of a coward to express in words. This led me to create a short film when my long-term romantic relationship started to falter due to individual decisions that couldn’t be reconciled. As part of an academic process, I decided to create a short film that would depict what felt like a Greek tragedy that I knew was coming into my life as a romantic breakup.

At the time, I was questioned by a ‘colleague’ for creating this material, as she believed it’s better to let things unfold. But what’s the point if I can’t create about what’s going on in my mind? The love of my life and my safe haven during these complicated times is gone, extinguished. Perhaps all that’s left is to accept that the concept of ‘love of one’s life’ doesn’t exist because we’re all constantly changing, and the person I fell in love with has changed. Perhaps they’re no longer someone who evokes what we call ‘love.’ This undoubtedly makes the perspective of the other person more valuable and helps me understand the purpose of a collective life, rather than being just an individual who can fend for themselves, as is often portrayed in postmodern discourses. To me, there’s nothing sadder and more nihilistic than not being able to connect with others. I say this because I’m often someone who struggles to reciprocate to the other person to find meaning within oneself. Maria is the one who was there when I wasn’t there for myself. Maria is nothing but the ashes of memories of a love in a bad place and a testament to the fact that loving is a catastrophic act that involves recognizing the beloved to such an extent that it means giving what I don’t have to someone I shouldn’t. Maybe I was never willing to let go of my anger towards the world.

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